Para no olvidar
Fueran las tardes eternas
e hilada a tu mano
reharía en suave arena,
camino al sol helado,
viento que nos quema.
Y a tu lado,
Serena y complicada sonrisa.
En tus labios tropezó mi aliento,
lejanos y torpes ruidos
fingimos olvidar el tiempo,
ignoramos lo que nos era ageno.
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